Ir al contenido principal

ABRIL 2018. LA PIEZA DEL MES EN EL MUSEO DE CÁCERES

Broche de cinturón «tartésico». Bronce. Siglo VII a. C. Provincia de Cáceres


Los broches de cinturón son uno de los objetos de adorno personal más característicos de la Prehistoria de la Península Ibérica. Su uso está documentado en el Bronce Final, cuando aparecen representados en algunas estelas decoradas, pero será en la Edad del Hierro cuando se generalice su uso y aparezcan diferentes modelos. Realizados en metal sirven de enganche de correas y cinturones de piel o de tejido. Constan de dos partes, la pieza macho que a través de uno o varios garfios se inserta en la placa hembra que cuenta con una o varias perforaciones para los garfios. Ambas placas se unen a las correas mediante remaches metálicos.

Son tres los tipos de broches de cinturón que se desarrollan en la Edad del Hierro. El broche de tipo ibérico formado por dos placas metálicas con un solo garfio que se decoran con damasquinados de plata y grabados geométricos, vegetales o figurativos; el broche celtibérico de forma triangular o trapezoidal con uno o varios garfios y escotaduras laterales y el de tipo tartésico.


El broche de cinturón de tipo tartésico es una  placa rectangular de bronce dispuesta verticalmente con tres listones planos fijados transversalmente mediante dos remaches cada uno. Los listones se prolongan más allá del límite de la placa, en uno de los extremos los tres listones se curvan formando sendos garfios que encajarían en los tres orificios de la placa hembra; una vez cerradas las placas destacarían sobre la cintura del individuo que los portara. A menudo estos broches estaban decorados con motivos geométricos, vegetales o de animales de inspiración oriental, ya que parecen inspirase en modelos fenicios.



Comentarios

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares de este blog

EL CALLEJÓN DE LOS HUESOS

Cuando uno viaja se encuentra lugares y rincones misteriosos, con leyendas truculentas, fantasmas del pasado, apariciones nocturnas o viejos cementerios que desatan historias muy atractivas para el turismo. Pues aquí en nuestro Cáceres, aunque casi nadie lo conoce, tenemos un callejón cuyos muros están plagados de huesos posiblemente humanos y que pasan inadvertidos a los visitantes. Es cierto que existen por el mundo capillas construidas con huesos, como ocurre con la " Capela dos Ossos " de Évora, no muy lejos de aquí. Hay otras en Austria, en Italia, la República Checa, o en el mismo Cáceres, donde hay una sacristía cuyo suelo está formado por huesos de cordero que ya os enseñaré otro día. Pero en este caso no hablamos de una construcción con huesos, sino que entre los materiales usados para la construcción de un muro aparecen numerosos fragmentos de huesos.  Desde la cuesta de la Compañía, que une la plaza de San Jorge con la de San Mateo, parte un pequeño calle

UN AMULETO ISLÁMICO POR LAS CALLES DE CÁCERES: LA MANO DE FÁTIMA

A todos nos es familiar la imagen de un llamador con forma de mano en casas más o menos antiguas, e incluso en las modernas, pero quizá no seamos consciente del origen y evolución de este símbolo y todo el significado que encierra. Hoy os quiero enseñar, Al Detalle, este curioso elemento que salpica toda nuestra ciudad y que encierra un gran significado profundo y simbólico. Esas aldabas con forma de mano son una evolución de otro símbolo que aún pervive, y que por estas cosas de la globalización, es cada vez más común: La Mano de Fátima. Este icono es la representación de una mano abierta con los dedos juntos y colocada de forma plana. Y aunque a nosotros nos llega como herencia islámica, la imagen y simbolismo de la mano puede encontrarse en el propio origen de la humanidad, no olvidemos las pinturas de manos con dedos “amputados” que en nuestra cueva de Maltravieso representan las pinturas rupestres más antiguas del mundo con una edad de, al menos, 66700 años. Pero también

23 FOTOS INÉDITAS DE CÁCERES Y 600 ENTRADAS DEL BLOG

Hay quienes celebran, de manera más o menos entusiasta, las visitas que recibe en su blog. En mi caso, hace años que ya no estoy pendiente de eso, y no quiere decir que no me alague que haya gente a la que le interese lo que muestro en él, sino que he cambiado el foco y lo he puesto en seguir trabajando, leyendo y estudiando para escribir estos posts. Tengo que disculparme porque es verdad que cada vez publico menos, pero la falta de tiempo y mi objetivo de mostrar temas poco tratados o con material novedoso o temas inéditos, dificulta que el ritmo de creación del contenido sea mucho mayor. Por eso me dispongo a celebrar hoy que llegamos a las 600 entradas en el blog; un objetivo que nunca me llegué ni a plantear y que felizmente se ha cumplido en este mes de noviembre, cuando se cumplen 9 años de esta aventura. Esto supone una media de más de 65 artículos por año o 5 a la semana, aunque ya ese ritmo no logre mantenerlo. Para celebrar este número redondo os traigo un regalo que espero