Es bien conocida la importancia que reviste la llamada “calzada de la Plata” dentro de la red viaria romana de la Península Ibérica, debido a su función como eje principal que enlaza, a través del oeste de la Meseta, las romanizadas regiones del sur con las ricas zonas del noroeste, al tiempo que sirve de punto de partida de una serie de ejes que, en sentido perpendicular, van a alcanzar las zonas orientales de la Hispania. El establecimiento del recorrido de la vía, y por tanto la localización de las millas, no presenta hoy problemas. Los miliarios documentados "in situ", o que presentan el numeral de las millas, constituyen un grupo relativamente considerable. Sin embargo, son más abundantes aquéllos que han sido removidos de su emplazamiento original, lo que se complica, además, cuando no conservan la numeración.
Es evidente lo atractivo que puede resultar una robusta pieza tallada de granito para la construcción de muros, para utilizarla como columnas... En mis paseos en bici por la Vía de la Plata, y sus pueblos, en los alrededores de Cáceres, he podido comprobar cómo estos miliarios se han reutilizado con distintas funciones. Hoy os voy a enseñar tres casos que podemos ver en las calles de los propios pueblos, sin necesidad de tener que ir a buscar una cerca o una cochiquera en mitad del campo.
Comenzamos en Casas de Don Antonio. En una calleja junto a la calle Hernán Cortes encontramos dos fragmentos de (probablemente) miliarios. Se utilizan actualmente como bancos para sentarse. Uno, el de menor tamaño, se encuentra en la zona más exterior del callejón y ha sido fijado al suelo con cemento. Si vamos más adentro, otro fragmento bastante más grande, también fijado al suelo y a la pared. Estuve preguntando a la persona que vive en la casa, pero lleva allí relativamente poco tiempo y no supo darme muchas indicaciones. Lo curioso es que en el estudio más completo y reciente sobre los miliarios de la Vía de la Plata estos no se mencionan, además no existen referencias, como en otros sitios, de piezas desaparecidas. Así es que esto me hace dudar de si pudieran ser simplemente restos de alguna columna, aunque las medidas de ambos coinciden con las habituales de los miliarios. En la parte visible ninguno de ellos parece tener inscripción alguna, que sería lo único que podría sacarnos de dudas.
Si continuamos hacia Aldea del Cano y entramos en el recinto de la Ermita de la Virgen de los Remedios (de cuya reforma es mejor no hablar), vemos como se ha utilizado otro supuesto miliario. Lo curioso es que sobre él, según fuentes muy fiables del pueblo, colocaron la pila de agua bendita que se eliminó en la "restauración", o más bien destrozo, que se hizo hace algunos años. Unieron ambas piezas con un buen taco de cemento y actualmente sirve para que, cuando hay agua, beban los pajarillos en ella. Me dicen en el pueblo que el miliario estaba antes de la restauración y que era más grande. Cuando se añadió el nuevo enlosado se hizo superponiéndolo al anterior y hundiendo aún más el monolito de granito, así es que bajo el suelo que pisamos hay una importante porción de mismo, por lo que no podemos saber si aparece algún tipo de inscripción en esta zona.
Este supuesto miliario podría corresponder con alguno de los que se recogen en la bibliografía y que han desaparecido. Existe una mención antigua de un miliario, sin letras, situado junto a la calzada, actualmente desaparecido (GIL II, p. 621 (de Víu, 1, 77, y Velázquez); ROLDÁN, Iter, p. 50, n0 17 y p. 186) La localización que da Velázquez puede corresponder a la de alguno de los miliarios documentados en la zona, pero la descripción no permite identificarlo con seguridad con ninguno de ellos. En todo caso, debía de situarse en torno a la milla XXX.
Hay otra mención antigua de un miliario que, desde la propia calzada, fue llevado a Aldea del Cano con anterioridad a ser recogido por primera vez en las fuentes de su bibliografía. Nada se conoce con exactitud sobre este miliario ni sobre su texto, excepto la “reconstrucción ideal” del mismo llevada a cabo por el Marqués de Monsalud con la única base de la publicación de Húbner que se limitó a transmitir su existencia diciendo que se trataba de columna una nomine Traiani cos. II inscripta. De ser cierta la supuesta lectura del epígrafe, este miliario habría que datarlo entre los años 98 y 100, periodo que corresponde al segundo consulado de Trajano. Su localización debe situarse en tomo a la milla XXX y, como el anterior, cabría en principio su identificación con alguna de las piezas de la zona aunque los datos existentes no permiten afirmarlo con exactitud.
También hay noticia del hallazgo de un miliario, que debía corresponder a la milla XXXI y que, al parecer, no tenía inscripción visible. (ÁLVAREZ ROJAS, Hont. Cánovas, p. 113; GONZÁLEZ CORDERO, ME 27, 1990,p. 17.)
Así es que no sabemos si esta pieza situada en la ermita de la patrona corresponde con alguno de estos miliarios descritos, pero desaparecidos, o no. Incluso también podría ser el resto de alguna pila o columna de la propia ermita, aunque me aseguran en el pueblo que estaba ahí desde antes de la restauración.
Sólo os quería enseñar estos DETALLES que aparecen junto a la Calzada Romana y que nos hablan de la historia reutilizada en el presente.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Los Miliarios de la Vía de la Plata. Carmen Puerta Torres.
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