Está situado en la Carretera de
Alcántara, en la antigua “Calle del Rollo”, la actual Juan Carlos I. No posee
grada, porque se apoya directamente sobre una gran piedra de granito con un
pedestal en prisma cuadrangular que culmina en una basa rematada por una moldura
cóncava. El fuste, al contrario de los otros rollos que os he enseñado, es el
elemento más llamativo al estar compuesto por nueve tramos que componen un
hermoso prisma que presenta en cada uno de sus cuatro ángulos, nervaduras
salientes que se convierten en ménsulas en el último tramo, formando un arco
que cierra el conjunto.
Presenta cuatro salientes,
orientados a los cuatro puntos cardinales. Está rematado por una pirámide
cuadrangular truncada muy deteriorada, donde destacan dos escudos: el del
pueblo y el de armas de la Casa de
Herrera, ambos muy erosionados.
Arroyo
fue conquistada, junto a Cáceres, por Alfonso IX de León en 1229, aunque
comienza a tomar cierta importancia ciuando en el reinado de Sancho IV, El
Bravo, se la cede al infante Don Alonso de Portugal, aunque esta cesión duró
poco y el rey revocó su decisión poco tiempo después, pasando de nuevo a
depender de Cáceres, del que se independizará para pasar a ser Señorío de
García González en el siglo XIV, en los años de las luchas entre Pedro I, El
Cruel, y Enrique II de Trastámara. En 1503, en tiempos de los Reyes Católicos,
se levantará el Rollo que ahora vemos como símbolo de la obtención de
jurisdicción propia y dependencia al señorío de los Herrera y Benavente.
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